• Obra del Padre Juan Bernal, auxiliador de los enfermos, es discutida en Sesión de la Asociación Cultural del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara

     

    Vida y obra del Padre Juan Bernal fue discutida, este martes 29 de noviembre, durante Sesión de la Asociación Cultural del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”, en una conferencia por demás interesante que fue dictada por el presbítero Francisco Javier Huerta Orozco, capellán del Templo de Nuestra Señora de Belén y San Miguel Arcángel, adjunto al Antiguo Hospital Civil de Guadalajara. 

     

    El doctor Francisco Ruiz González, presidente de la Asociación Cultural del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”, fue quien dio la bienvenida a la Sesión e hizo la presentación de la misma, a lo que dijo sentirse muy interesado por conocer más sobre la vida del Padre Juan Bernal, quien fuera capellán de Nuestra Señora de Belén y un incansable y comprometido bienhechor que veló siempre por los enfermos más necesitados, como aquellos que se encontraban en el Lazareto, que funcionó en el Antiguo Hospital Civil de Guadalajara a mediados del siglo XX. 

     

    Huerta Orozco brindó una enriquecedora narración histórica sobre la vida y la obra del Padre Bernal, ejemplo de humanismo, servicio al prójimo y benevolente predicador. 

     

    Juan Balcázar Bernal, quien sólo utilizaba su segundo apellido por lo que era mejor conocido como el Padre Juan Bernal, nació en Amatlán de Cañas, Nayarit el 30 de marzo de 1901, bajo circunstancias adversas, por lo que su cuidado quedó a cargo de sus familiares cercanos. Desde joven siempre mostró inclinación por la vida eclesiástica, cuya formación y primeros años coincidieron con la Guerra Cristera, por lo que le tocó vivir en carne propia persecuciones y encarcelamientos. En 1927, Juan Bernal fue capturado por la Policía y confinado a una cárcel desde la cual tuvo la desventura de atestiguar la tortura hecha a los hoy beatos Ezequiel y Salvador Huerta Gutiérrez quienes fueron fusilados a causa de la persecución clerical de aquellos años.

     

    Por esta razón, Juan Bernal, como muchos otros, se ordenó sacerdote en España. A su regreso en los años 30, estuvo al servicio de su Arquidiócesis atendiendo en diversas sacristías. En 1934 se hizo auxiliar del Templo de Belén para la atención de los enfermos del Hospital Civil de Guadalajara. Años después, el arzobispo José Garibi Rivera lo nombró capellán del Templo de Nuestra Señora de Belén. 

     

    Siempre fue conocido por su benevolencia y labor en favor de los enfermos, en especial de aquellos a los que pocos querían o podían atender. Es recordado como el Apóstol de los leprosos. En 1942 solicitó apoyo al Antiguo Hospital Civil de Guadalajara para abrir un espacio donde atender a los pacientes con lepra. Este lazareto funcionó por más de dos décadas, desde 1942 hasta 1966, año en que falleció el Padre Juan Bernal a causa de diabetes. A finales de ese año, el lazareto se trasladó a su sede actual (en Tlaquepaque) y desde entonces se conoce como Estancia del Padre Bernal, a la memoria de su fundador.

     

    Texto: Departamento de Comunicación Social, HCG

    Fotografías: Jorge Íñiguez, Departamento de Comunicación Social, HCG