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Dicta conferencia el doctor Juan Alfredo Tamayo y Orozco, sobre la atención metabólica ósea y el modelo MIAMO
Cada año, millones de personas en México y el mundo pierden años de vida saludable debido a enfermedades crónicas como la obesidad, la hipertensión, la diabetes y la enfermedad renal crónica. Detrás de este deterioro silencioso está el llamado Síndrome Metabólico, una combinación de factores que, más que una condición aislada, representa una verdadera "tormenta metabólica" en el cuerpo humano.
Así lo refirió el doctor Juan Alfredo Tamayo y Orozco, investigador honorario del Instituto Nacional de Salud Pública, miembro de la Academia Nacional de Medicina con especialidad en Medicina Interna y Nefrología por el Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas “Dr. Salvador Zubirán, durante la ponencia “Atención metabólica ósea a lo largo de la vida: Un modelo exitoso y transferible”.
El Síndrome Metabólico no es un enemigo sencillo. Surge de la interacción entre la genética, los factores sociales, los hábitos de vida y el envejecimiento de la población. Afecta no sólo a adultos mayores, sino que actualmente afecta a los jóvenes, debido al sedentarismo creciente, al sobrepeso y obesidad en edades tempranas, el aumento del riesgo de diabetes tipo 2 en jóvenes, a problemas de salud mental, debido en muchas ocasiones a la falta de estrategias de prevención en entornos educativos.
Ante este panorama el doctor Tamayo y Orozco presentó MIAMO, un Modelo Integral de de Atención Metabólica Ósea, que define el estado de aprovechamiento energético y proteico del hueso, músculo y grasa del cuerpo.
MIAMO que busca prevenir y detectar de forma temprana los riesgos metabólicos y óseos que afectan a distintos grupos de edad.
El modelo combina innovación tecnológica con un enfoque humano, interdisciplinario y preventivo. Evalúa de forma integral el estado del hueso, músculo y grasa —lo que define el estado de aprovechamiento energético y proteico de cada persona—, y cómo estos se relacionan con el riesgo cardio-metabólico.
Opera en un entorno digital y busca tres objetivos principales, integrar información clínica, evaluación y seguimiento de casos, fortalecer las competencias de los profesionales de la salud y sensibilizar a la población sobre el autocuidado.
El modelo MIAMO no sólo se encarga de la recopilación de datos, si no que ofrece seguimiento estandarizado desde una sola visita, con una visión integral del cuerpo, y recomendaciones ajustadas por algoritmos a cada individuo, bajo el concepto de medicina personalizada.
Este enfoque empodera al paciente y a su red de apoyo, al tiempo que permite al médico mantener su autonomía clínica adaptando las guías a realidades individuales. Además, se trata de un modelo escalable y sostenible, que busca convertirse en un bien público dentro del sistema nacional de salud.